Steven Brandenburg, el farmacéutico acusado de intentar destruir cientos de dosis de la vacuna contra el COVID-19 en Wisconsin, es un seguidor de teorías conspirativas que creía que el medicamento no era seguro, según informaron las autoridades locales esta semana.
La policía de Grafton, a unas 20 millas al norte de Milwaukee, arrestó a Brandenburg, un farmacéutico del centro médico Advocate Aurora Health, el 31 de diciembre después de que 57 frascos de la vacuna Moderna se dañaran. Según la policía, Brandenburg tomó las dosis de un refrigerador y las dejó afuera por 12 horas, dejándolas inservibles.
Cada frasco contenía 10 dosis. En total, el material valía entre 8,550 y 11,400 dólares, según una declaración de causa probable del sargento Eric Sutherland, de la policía de Grafton.
Brandenburg es un "admitido teórico de la conspiración", y "dijo a los investigadores que creía que la vacuna contra el COVID-19 no era segura para las personas y que podría enfermarlas y cambiar su ADN", escribió Sutherland.
"Admitió que fue un acto intencional", añadió el policía en la declaración.
víaTelemundoNoticias