El obispo de Jinotega y presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, monseñor Enrique Herrera, de 75 años, fue desterrado de Nicaragua por órdenes de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Este es el tercer obispo que destierra la dictadura.
“Sí, es verdad. Lo obligaron a ir al Aeropuerto (Internacional de Managua) y lo desterraron a Guatemala ayer (12 de noviembre)”, confirmó a CONFIDENCIAL una fuente vinculada a la Conferencia Episcopal.

Otro sacerdote también confirmó a CONFIDENCIAL que el obispo Enrique Herrera fue expulsado a Guatemala, donde fue recibido en la Casa Provincial de los Frailes Franciscanos, a orden religiosa a la cual pertenece.
El domingo 10 de noviembre de 2024, durante la eucaristía, el obispo criticó el bullicio de una actividad de la Alcaldía, que le impedía dar y escuchar la ceremonia.
“Pidamos al Señor perdón por nuestras faltas y también por aquellos que no respetan el culto, verdad, pidiéndole porque este es un sacrilegio que está cometiendo el alcalde y todas las autoridades municipales, y vayan a decírselo porque saben la hora de la misa”, dijo el obispo Enrique Herrera.

Antes del obispo Herrera, la dictadura orteguista ya había encarcelado y desterrado a dos obispos: el obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, y el obispo de Siuna, monseñor Isidoro Mora.
