Las ratas han formado parte de la cotidianidad de los habitantes de Nueva York desde siempre. Los animales arribaron con los barcos procedentes de Francia y Gran Bretaña que llegaron al extremo sur de Manhattan, y más tarde se extendieron por el resto de la isla en la segunda mitad del siglo XVIII.
Sin embargo, a raíz de la pandemia, y sobre todo en los últimos meses, el número de avistamientos de estos animales ha crecido un 71 %, lo que ha llevado al alcalde Eric Adams a tener que poner en marcha serias medidas que han arrancado este año.
Estos animales, que en Nueva York pueden tener hasta cinco camadas al año con un promedio de ocho crías cada una, han demostrado ser altamente resistentes a todos los métodos implementados para controlarlas, pues están en todas partes.
Kathleen Corrardi, conocida como la “zarina de las ratas” de Nueva York, un cargo creado específicamente por el alcalde Eric Adams para abordar la presencia de estos animales en la ciudad y explicó que incluso un anticonceptivo que ha servido para controlar la plaga en varios lugares, no ha funcionado como se esperaba en la “Gran Manzana”.
También ha señalado que las ratas en Nueva York tienen acceso a una gran cantidad de comida debido a la abundancia de basura en las calles, lo que hace que encuentren suficientes fuentes de alimento.
La resistencia de las ratas a los métodos de erradicación es evidente, ya que incluso el envenenamiento, que se ha utilizado en intentos anteriores para controlar su población, no ha tenido éxito a largo plazo. Además, el envenenamiento no solo afecta a las ratas, sino que también puede tener consecuencias para otros animales, principalmente aves, que se alimentan de los roedores muertos.
vía: LPG