Pese a la cantidad significativa de bajas entre las tropas ucranianas, Kiev todavía tiene importantes reservas a la espera de un momento oportuno para entrar en combate, por lo que es demasiado pronto para hablar de los resultados de la contraofensiva, declaró este viernes el asesor de la Casa Blanca para la Seguridad Nacional, Jake Sullivan.
Durante una conferencia de seguridad, a la pregunta de si la “contraofensiva real todavía está por comenzar”, el alto funcionario contestó que el operativo inició cuando “el primer ucraniano puso su vida en peligro”.
“Ya se ha producido un número significativo de bajas y muertes de combatientes ucranianos en esta contraofensiva, por lo que ya está bastante avanzada. Está siendo difícil y dijimos que sería complicado”, admitió Sullivan, mencionando los campos minados y otros obstáculos de la defensa escalonada construida por las tropas rusas.
Sin embargo, Ucrania tiene una “cantidad sustancial de fuerzas de combate que aún no han intervenido en la batalla”, aseguró el alto funcionario, indicando que se está tratando de elegir el momento oportuno “en el que [su intervención] tendrá el máximo impacto en el campo de batalla”.
“Es en ese momento, en el que asuman el compromiso, es cuando veremos realmente cuáles serán los resultados probables de la contraofensiva”, declaró Sullivan, aclarando que Washington mantiene “estrechas consultas con los ucranianos sobre las condiciones para ello”.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, afirmó este viernes que “los controladores del régimen de Kiev están claramente decepcionados con los resultados de la llamada contraofensiva”, pese a los “colosales recursos que se inyectaron en el régimen de Kiev”.
“Como resultado de los ataques suicidas, las formaciones de las Fuerzas Armadas de Ucrania sufrieron enormes pérdidas”, destacó, agregando que se trata de decenas de miles de personas”.
La semana pasada, The New York Times informó citando a varios funcionarios estadounidenses y europeos que en las primeras dos semanas de la contraofensiva ucraniana, hasta el 20 % del armamento que Kiev utilizó en los combates, incluidos tanques y vehículos blindados suministrados por Occidente, resultó dañado o destruido, por lo que el presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, tuvo que pausar las operaciones y exigió a sus aliados occidentales la aceleración de las entregas de equipos militares.
Por su parte, el jefe de Estado Mayor de la Agencia de Inteligencia de Defensa de EE.UU., John Kirchhofer, comunicó la semana pasada que el conflicto se encuentra en un “punto muerto”. Mientras que el jefe del Estado Mayor Conjunto, Mark Milley, dijo a finales de junio que la contraofensiva ucraniana será “muy difícil, muy larga y muy, muy sangrienta”, y “nadie debe abrigar ilusiones sobre todo esto”.