La “implosión catastrófica” que destruyó al submarino Titán habría ocurrido con una fuerza y velocidad increíbles dada la aplastante presión de las columnas de agua en el fondo del Océano Atlántico Norte, lo que habría provocado la muerte instantánea de los tripulantes.
La muerte de la tripulación se dio de manera inmediata, la implosión duró unos 30 milisegundos y ni siquiera se enteraron de lo que estaba pasando con su cuerpo, según expertos.