Inflación y recesión amenazan supervivencia de pequeños negocios en Argentina.

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La economía argentina enfrenta una realidad desafiante marcada por la persistente inflación y la profundización de la recesión, lo que impacta tanto en los costos de producción como en las ventas y pone en riesgo la viabilidad de muchos negocios locales, según expresaron pequeños comerciantes.

Si bien la actual desaceleración inflacionaria contrasta con los niveles récord alcanzados al cierre del año pasado, los precios de distintos rubros mayoristas aún se mantienen muy altos, al aumentar un 37 por ciento en el primer trimestre del año y más de 330 por ciento en los últimos 12 meses, según datos oficiales.

Un reflejo de la complejidad del panorama económico argentino es el Taller de Cuadros, un establecimiento familiar de elaboración de marcos ubicado en el mercado Vélez Sarsfield del barrio Floresta, en la ciudad de Buenos Aires.

Tras una larga trayectoria en el enmarcado de obras de arte desde su apertura en 1998, el Taller de Cuadros enfrenta hoy en día en buena medida las vicisitudes económicas del país sudamericano.

La propietaria del negocio, Patricia Morales, compartió con Xinhua que se enfrenta al aumento en los costos de los materiales con los que trabaja, lo que de manera inevitable repercute en los precios finales, además de que el incremento de los costos personales también contribuye a la necesidad de ajustar los precios.

“Actualmente está un poco bajo el trabajo, aunque yo siempre tengo algo por hacer. Siempre alguien trae un cuadro o un vidrio, pero sí se nota el momento por el que está pasando Argentina, lo noto también cuando voy a comprar”, expresó.

Morales mencionó que el taller siempre se ha destacado por mantener precios accesibles, lo que ha atraído a una clientela fiel; sin embargo, debido a los constantes aumentos y al anclaje de muchos precios a la variación del dólar, se ha visto obligada a incorporar en el valor los costos de los materiales que antes no estaban contemplados.

“Yo antes no cobraba ciertas cosas, como por ejemplo el paspartú (orla o María Luisa) blanco, pero ahora sí lo tengo que cobrar porque está muy caro y ya no lo puedo sostener”, dijo.

“El vidrio también viene aumentando, quizá también hay faltante, porque en diciembre del año pasado no había en ningún lado. Calculo que también estarían especulando con el precio”, manifestó.

La entrevistada sostuvo que el alza en los precios de bienes y servicios se produce día tras día, lo que en consecuencia genera que los presupuestos ofrecidos a los clientes varíen cada día.

“Cuando voy a dar un precio digo ‘éste es el precio de hoy’, capaz que mañana está más caro”, mencionó la artesana.

La situación del taller de marcos refleja un doble desafío: el incremento de los costos de producción y una disminución en la cantidad de clientes.

Esta realidad se agrava porque el enmarcado de cuadros no está considerado como una necesidad prioritaria, en un contexto donde los argentinos luchan por satisfacer sus necesidades básicas.

“Me pregunté ¿Qué hago? ¿Cierro o no cierro? Pero acá estoy”, compartió la pequeña propietaria.

Explicó que su labor también es legado de una tradición familiar y un oficio transmitido por su padre, quien estableció el local en 1998 y desde entonces ha mantenido su funcionamiento en el mercado Vélez Sarsfield de Buenos Aires.

La actual situación de pequeños locales en Argentina responde a datos concretos, pues las ventas minoristas en el país descendieron en marzo pasado un 12,6 por ciento interanual y acumularon una reducción del 22,1 por ciento en el primer trimestre del año, según datos de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa.

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