El trabajo voluntario de los colaboradores de Kimberly-Clark en El Salvador benefició a 1.822 personas, esto como parte de su propósito de brindar “Un mejor cuidado para un mundo mejor” y del compromiso de la empresa para involucrarse en actividades que impacten de manera positiva a la comunidad.
En el marco del Día Internacional del Voluntariado, que se celebrará este 5 de diciembre, Kimberly-Clark reconoce que es de suma importancia que sus colaboradores se involucren en iniciativas que promuevan el bienestar y el desarrollo del país en el ámbito social y ambiental.
“El voluntariado corporativo es un compromiso de la compañía que se extiende a todos los colaboradores de la empresa, en el cual promovemos que puedan sumarse a acciones sociales y ambientales a lo largo de todo el año, generando un impacto positivo en todo el país”, dijo Eduardo Nieto, gerente de Kimberly-Clark para Centroamérica Norte.
Acciones positivas que dejan huella
A finales de noviembre de este año, 305 colaboradores de Kimberly-Clark se unieron a iniciativas de voluntariado, lo que se tradujo en 944 horas de ayuda a las comunidades y esto benefició a un total de 1.822 personas.
El esfuerzo desinteresado de los colaboradores de la empresa se vio reflejado en actividades como: charlas y capacitaciones sobre reciclaje en centros educativos de su programa AmbientaDOS, siembra de árboles, atención de necesidades para los adultos mayores, pintura mural en escuelas de la comunidad y mantenimiento del vivero forestal interno de Kimberly-Clark.
Asimismo, la compañía participó recientemente en la campaña “Alimenta El Espíritu Navideño”, en conjunto con el Banco de Alimentos de El Salvador. Durante esta jornada de voluntariado, participaron más de una decena de colaboradores de Kimberly-Clark que beneficiarán a 42 mil familias, por medio de donativos a diferentes asociaciones.
Nieto explicó que estas actividades se convierten en experiencias que enriquecen a sus colaboradores, ya que se genera un beneficio social, fomenta la creatividad y los coloca frente a personas que necesitan de su colaboración. Además, se genera un espacio de gran sensibilidad social que se comparte con los compañeros.
“El voluntariado es un agente de transformación social. Y en eso se convierten nuestros colaboradores, en transformadores sociales, ya que su trabajo desinteresado impacta en niños, jóvenes y adultos. Son constructores de puentes entre la empresa y la comunidad”, comentó Nieto.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) explica que el voluntariado es un recurso renovable para la solución de problemas sociales, económicos y medioambientales; toda vez que el mundo enfrenta retos mayores, día con día, y las personas que hacen voluntariado son los primeros en ayudar y siempre están en la primera fila en situaciones de crisis.
El poder de la acción colectiva como propiciador del cambio es lo que se debe fomentar y esto es lo que Kimberly-Clark fomenta en sus colaboradores.