China se comprometió a impulsar más la Iniciativa para el Desarrollo Global y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la ONU en el 78° período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) celebrada en la sede de la ONU esta semana.
El compromiso de China de impulsar un crecimiento sostenible e inclusivo a través de una cooperación global más profunda fue reafirmado por el vicepresidente chino, Han Zheng, durante su participación en el Debate General de la AGNU y en los eventos correspondientes, incluida la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la reunión de alto nivel sobre Resultados de la Cooperación en la Iniciativa para el Desarrollo Global organizada por China, así como en conversaciones bilaterales.
Los eventos se desarrollaron en un momento crítico en el que el desarrollo sostenible está en peligro y el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible se ha estancado en medio de una lenta recuperación y de una creciente lucha geopolítica.
Durante un discurso en la Cumbre de los ODS, Han dijo que China busca combinar la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible con sus estrategias nacionales de desarrollo a mediano y largo plazo, y siempre integra su propio desarrollo con la prosperidad y la estabilidad globales.
China, indicó, ayudará activamente a los países del Sur Global con acciones concretas y continuará trabajando con todas las partes para hacer contribuciones positivas para lograr los objetivos de desarrollo sostenible a tiempo y construir una comunidad de desarrollo global.
Con este fin, Han expuso las cuatro propuestas de China: poner firmemente el desarrollo en el centro de la agenda global, construir una economía mundial abierta, aprovechar la oportunidad histórica de la nueva ronda de revolución científica y tecnológica y revitalizar la asociación global para el desarrollo.
Una convergencia de estrategias de desarrollo se encuentra en el desarrollo verde. A lo largo de los años, China ha dado el ejemplo al establecer objetivos claros de reducción de carbono y priorizar el desarrollo verde en sus planes de desarrollo, y ha encabezado los esfuerzos globales para un futuro compartido y con bajas emisiones de carbono.
China estará inquebrantablemente comprometida a trabajar hacia el doble objetivo de alcanzar el pico de emisiones de carbono y la neutralidad de carbono, señaló Han durante una reunión con el enviado presidencial especial de Estados Unidos para el clima, John Kerry, al margen de la AGNU.
China siempre ha sido un firme practicante en la lucha contra el cambio climático e implementará plenamente los objetivos del Acuerdo de París, dijo, y agregó que mantener el diálogo y la cooperación entre China y Estados Unidos sobre el cambio climático es de gran importancia para ambos países y para el mundo entero.
Además de contribuir al crecimiento global con su propio impulso y sabiduría de desarrollo, China, como siempre, presenta activamente nuevas visiones y propuestas junto con otros países para un futuro compartido mejor y sostenible.
Como otro punto destacado de los eventos de la ONU de esta semana, China organizó el martes una reunión de alto nivel sobre los Resultados de la Cooperación de la Iniciativa para el Desarrollo Global con el fin de revisar los dividendos pasados de la cooperación y alcanzar consenso para un mayor compromiso con la Iniciativa para el Desarrollo Global.
China está dispuesta a trabajar con todas las partes para impulsar un avance sólido y constante de la Iniciativa para el Desarrollo Global, afirmó Han.
La parte china también espera hacer esfuerzos conjuntos con todas las partes para reunir sólidas fuerzas para la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y para construir una comunidad de desarrollo global, dijo, señalando que es tanto la aspiración de la Iniciativa para el Desarrollo Global como el objetivo de la ONU que ningún país o persona quede atrás en el camino del desarrollo.
Hace exactamente dos años, el 21 de septiembre de 2021, el presidente chino, Xi Jinping, planteó esta idea de desarrollo en el debate general del 76º período de sesiones de la AGNU, que luego se convirtió en un bien público mundial.
A través de la Iniciativa para el Desarrollo Global, China une esfuerzos con otros países de todo el mundo para liderar un nuevo modelo de cooperación para el desarrollo internacional, y pide revitalizar la recuperación económica a través de la innovación tecnológica, mejorar un sistema de gobernanza global justo y equitativo, y emprender acción colectiva para construir una comunidad global de desarrollo con un futuro compartido.
En los últimos dos años, señaló Han, los países que han respaldado la Iniciativa para el Desarrollo Global, a través de esfuerzos concertados, “emitieron el voto Sí” al desarrollo, ampliaron el “círculo de amigos” para la cooperación, enriquecieron la “reserva de recursos” para el desarrollo y construyeron el “juego de herramientas” para el desarrollo conjunto.
En particular, más de 70 países se han unido al Grupo de Amigos de la Iniciativa para el Desarrollo Global y cerca de 200 proyectos de cooperación han sido incluidos en el grupo de proyectos de la Iniciativa para el Desarrollo Global. China también ha establecido un fondo especial de 10.000 millones de dólares para implementar la Iniciativa para el Desarrollo Global.
Dos años después, la Iniciativa para el Desarrollo Global continúa ganando impulso. Ahora es más que una idea de desarrollo propuesta por China, ya es un ideal común de solidaridad que gana cada vez mayor atención, recibe apoyo y reúne sabiduría.
Al desplegar una serie de iniciativas que incluyen la Iniciativa para el Desarrollo Global, China está impulsando al mundo “hacia un nuevo paradigma, donde pensamos primero en la humanidad, antes de pensar en los intereses nacionales”, expresó Helga Zepp-LaRouche, fundadora y presidenta del Instituto Schiller de Alemania.
Los expertos creen que en un momento en el que el desarrollo global enfrenta vientos en contra, la Iniciativa para el Desarrollo Global ha surgido como una respuesta eficaz a las crisis múltiples y entrelazadas que enfrenta el mundo, así como a las necesidades de los países en desarrollo para un crecimiento inclusivo, y se espera que reavive un sentido de esperanza, optimismo y entusiasmo respecto a la Agenda 2030.