Un padre logra cazar al asesino de su hija tras una persecución de casi 30 años

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Nancy Mariana Mestre, una adolescente de 18 años, fue violada y asesinada hace más de un cuarto de siglo en Colombia. Durante todo este tiempo su padre, Martín Mestre, hizo hasta lo imposible por encontrar al asesino, hasta que dio con él en Brasil, escondido bajo otra identidad. Ahora al fin acaricia la posibilidad de cazarlo.

El crimen ocurrió el 1 de enero de 1994, en Barranquilla, Colombia, cuando Jaime Saade, quien fuera la pareja de Nancy (y era 13 años mayor que ella), le disparó presuntamente a la joven en la cabeza.

El día antes, la víspera de Año Nuevo, la joven le había contado una gran noticia a su padre, quien recuerda que Nancy llegó a su casa y le dijo: “Papi, te tengo dos noticias, una buena y una mala. La buena es que pasé el examen de inglés”. Él le preguntó entonces cuál era la mala. “Que me voy a Estados Unidos”, contestó, según relató el hombre al periódico El Tiempo.

La joven pidió permiso para pasar la noche con Saade, y el hombre le dijo que volviera antes de las 3 de la madrugada. Cuando a las 6 de la mañana aún no había regresado supo que algo iba mal.

Horas después encontró a su hija en el hospital con un disparo en la cabeza y días más tarde, el 9 de enero, falleció. El informe forense determinó que había sido agredida sexualmente y asesinada.

Mestre buscó a Saade durante 26 años para que se hiciera justicia, hasta que un día descubrió que se escondía en la ciudad brasileña de Belo Horizonte bajo el nombre de Henrique Dos Santos. Gracias a una huella dactilar en un vaso de vidrio la policía determinó su identidad y la Interpol lo arrestó en 2020.

Colombia pidió entonces la extradición para que cumpliera una pena de 27 años por el homicidio de Nancy. Pero un año después, el Tribunal Supremo de Brasil votó en contra. Hasta que el pasado 18 de abril el tribunal por fin dio luz verde a la extradición de Saade y el pasado 1 de mayo, la Policía Federal de Brasil confirmó que fue capturado en una pensión en el municipio de Marechal Deodoro, en Alagoas, a 1,242 millas de Belo Horizonte, tras tres días prófugo.

“Estoy muy emocionado, al fin se va a hace justicia”, dijo Mestre al periódico El País tras recibir la noticia del arresto. “Comencé a llorar, no sabía por qué lloraba, si era emoción o rabia, solo lloré y lloré”, añadió a El Tiempo.

La esposa de Saade, María Dias, calificó la condena a su marido de injusta. “Él fue incriminado por todo el mundo pero no tienen pruebas. Él estaba en su casa, él no la mató”, dijo a W Radio.

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